La prestigiosa revista británica Decanter califica a ambos vinos con 93 puntos, situándolos en el Top 10 de su ranking anual de los rosados más “gastronómicos” del mundo.
Para contradecir a aquellos que creen que los rosados son vinos apenas aptos para el aperitivo o el picnic veraniego, la experta crítica y blogera Fiona Beckett elabora cada año para la prestigiosa revista Decanter un ranking de 30 ‘rosés’ del mundo que atesoran la calidad suficiente para afrontar los mayores desafíos gastronómicos.
Al estilo provenzal
Junto a este sobresaliente trío de nuevos rosados españoles -todos ellos han estrenado su primera añada en el año 2015-, Decanter incluye otros vinos notables de la misma tipología, elaborados en Francia, Suiza y Australia.El que encabeza el ranking, con 96 puntos, es el francés Château Romassan Rosé 2015 de Domaines Ott (A.O.C. Bandol) -considerado por muchos expertos como el mejor rosado del mundo-; mientras que el que cierra el Top 10 es Miraval 2016 (89 puntos), producido por la bodega que adquirieron Angelina Jolie y Brad Pitt en la A.O.C. Côtes de Provence, en la Provenza francesa.
Esta coincidencia no es meramente anecdótica, puesto que ambos vinos representan fielmente el modelo de los rosados provenzales, de color tenue,ligeros, refrescantes y convenientemente ácidos, que hoy triunfan en el mundo e inspiran el perfil de los ‘rosés’ españolesde nueva generación, como los que han presentado recientemente al mercado las bodegas riojanas Marqués de Murrieta y Ramón Bilbao, así como la navarra Chivite.
En cualquier caso, la proximidad al modelo provenzal no resta personalidad a los rosados españoles que destaca Decanter, cada uno de los cuales atesora rasgos propios que definen su carácter. El Primer Rosé de Murrieta tiene la singularidad de estar elaborado al 100% con mazuelo, uva autóctona, aunque hoy minoritaria, en la D.O.Ca. Rioja. Lalomba es monovarietal de garnacha, otra variedad emblemática del viñedo riojano (y español). Por su parte, Chivite Las Fincas, amparado en la nueva I.G.P. 3 Riberas, asocia garnacha y tempranillo y ha sido concebido en homenaje al chef vasco Juan Mari Arzak.